EL MUNDO
4 marzo 2016
La mujer ya no quiere
ser perfecta
Beatriz G. Portalatín
La mujer española actual es una mujer sin filtros que se
demarca de los estereotipos y cánones sociales de
Así
rezan algunas de las principales conclusiones del Estudio sobre
"Cuando
se eliminan las presiones sociales, se es mucho más feliz. En la actualidad,
empezamos a ver un prototipo de mujer mucho más relajado, menos sometido a
presiones y más liberado", afirma a EL MUNDO una de las responsables de
este estudio, Louise Morrisey,
directora de Ipsos UU-Cualitativo. "Por ello,
era importante realizar este trabajo, porque desde hace tiempo estamos viendo
un nuevo modelo de mujer que ya se expone en los medios de comunicación y,
sobre todo, en las series de televisión con más éxito a nivel mundial y
nacional", añade esta profesional.
El
trabajo, presentado esta semana en Madrid, ha sido elaborado a raíz de diarios
personales escritos por mujeres. Los datos cualitativos que se obtienen
explican cómo se definen hoy en día las mujeres: ¿Qué quieren, qué piensan, qué
desean...? A las mujeres ya no les gusta compararse con los hombres sino que
buscan su felicidad creando su propio camino y su futuro y su personalidad se
sustenta en cuatro grandes pilares: aceptación, no imposición, egocentrismo y
no culpabilidad: "No queremos la perfección: llego hasta donde llego y no
me culpo por ello", asegura por su parte Laura Baena, fundadora del Club
de Malas Madres.
En
los años 80 y 90 surgió un modelo de mujer que rompía con el tradicional. de antaño En ese modelo, la mujer se compraba al hombre y
aspiraba a ser una 'supermujer'. Quería alcanzar el éxito en su carrera profesional
pero seguía cuidando de la familia y del hogar lo que le producía un gran
sacrificio y un gran sentimiento de culpa por no poder atender a todo en su
plena totalidad.
Desde
entonces, las cosas han cambiado y dos de los principales responsables de este
cambio han sido la crisis y las redes sociales. Según expone el estudio, la
crisis rompió esquemas: reinventarse para sobrevivir; y por su parte las redes
sociales nos obligaron a estar siempre visibles, conectadas al mundo y
proyectando una vida idealizada. Sin embargo, "ha habido una sobreexposición de las redes sociales y estamos cansados de
ver vidas perfectas e irreales", comenta Morrisey.
Modelos de mujer
Los
cambios en la definición de la mujer se han aplicado a muchas áreas de la vida,
entre ellas el trabajo, la maternidad, la belleza y el ocio. Así, en la faceta
del trabajo, y según se desprende de este trabajo, se han encontrado dos
modelos: hay mujeres con grandes aspiraciones laborales, que buscan llegar a lo
más alto o apostar por el emprendimiento y la iniciativa empresarial (vivir
para trabajar) y mujeres que lo que buscan es la realización personal en otras
facetas vitales (trabajar para vivir).
En
cuanto a la belleza, se ha observado que la mujer actual huye de estereotipos e
imposiciones y que se cuida solamente en aquellos aspectos que desea. Es por
tanto, un nuevo perfil de mujer que empieza a aceptarse tal y como es, pero que
a la vez quiere dar su mejor versión. "El caso de Rachel
Hollis ejemplifica muy bien a esta nueva mujer: Rachel subió a la red una foto de sus vacaciones en la que
aparece posando en bikini sin ocultar las estrías en su vientre fruto de sus
embarazos. Esta foto se hizo viral rápidamente y recibió multitud de mensajes
de admiración de otras mujeres", expone Morrissey.
Uno
de los puntos más influyente en todos estos ámbitos es la publicidad, no sólo
nos repercute a la hora de decidir entre qué productos comprar sino que también
influye en nuestros pensamientos y sensaciones. Es fundamental, por ello, que
las marcas publicitarias lancen un mensaje acorde a este nuevo modelo de mujer,
un modelo que no quiere que la marcas les hagan sentir culpable por nada y
valora que le hablen directamente a ella como persona, no como consumidora,
madre o mujer sin imponerle un modelo de 'mujer ideal'. De hecho, y según
refleja el estudio, las mujeres valoran positivamente los productos que están
personalizados y que puede usar como ellas quieras.
¿Soy una buena madre?
Sin
duda, la faceta donde la mujer ha sentido o tiene más presión: la maternidad.
En la actualidad, emergen dos modelos: las que quieren ser madre y las que
deciden no serlo. "Dos modelos muy diferentes pero con un punto en común:
la culpabilidad", apunta el estudio. Ya no se sienten tan culpables por decir
a viva voz que no desean formar una familia, y las madres ya no se sienten tan
culpables por no ser esa madre perfecta a la que antes se aspiraba, sino que
son madres realistas.
"Somos
las mejores madres que podemos ser, no somos madres perfectas", afirma
Baena. Las madres a veces se sienten culpables por no echar de menos a sus
hijos cuando están con sus amigas: "¿Soy peor madre por eso?",
pregunta Baena. "Nada de eso, mis hijos los quiero igual sólo que también
tengo derecho a tener un rato para mí", responde.
Las
mujeres que están apuntadas en el Club de Malasmadres
se sienten mejor cuando ven que no están solas, que no son un 'bicho raro',
cuando se quitan los 'clichés' de la sociedad y se desprenden de la capa de 'superwonan'.
"El
peor peso que cargan las madres es el sentimiento de culpa, y ese sentimiento
te bloquea y te hace no dar pasos hacia adelante, por ejemplo, no cogiendo un
trabajo que te gusta. Siempre tienes esa culpabilidad de sentir que no das la
suficiente a tus hijos porque venimos de esa sociedad en la que había que darlo
todo", explica. Por eso es importante relajarse, eliminar presiones y
sentirte libre. "El objetivo es ser una mujer feliz, satisfecha con lo que
hace que al fin y al cabo es la mejor educación que puedes tener para tus hijos",
concluye Baena.